viernes, 28 de mayo de 2010

Evangelio 27 de Mayo de 2010

•Primera Lectura: Génesis 14, 18-20
"Sacó pan y vino"

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.»

Y Abrán le dio un décimo de cada cosa.


•Salmo Responsorial: 109
"Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec"

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R.


•Segunda Lectura: I Corintios 11, 23-26
"Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor"

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:

Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.»

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.


•Evangelio: Lucas 22, 14-20
"Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer"

Llegada la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles

y les dijo: «Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer.

Porque les digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios.»

Jesús, aceptando una copa, dio gracias y les dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.

Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.

Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes.

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