VATICANO, 01 Nov. 11 / 09:53 am (ACI/EWTN Noticias)
Al presidir este mediodía (hora local) el rezo del Ángelus en la Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Benedicto XVI señaló que esta Fiesta constituye un aliento para que todos los católicos sean santos como Dios es santo.
En su saludo en español, el Papa dijo que la liturgia de hoy "nos invita a contemplar el amor infinito de Dios, que se refleja en la victoria de los que ya gozan de su gloria en el cielo".
"Es el amor del Padre que nos llama a ser hijos suyos, nos entrega a su propio Hijo para redimirnos con su sangre purificadora. Por eso nos proclama dichosos aun cuando sufrimos tribulación, porque en Él tenemos nuestra esperanza".
"Respondamos –alentó el Papa– con generosidad y coherencia a ese don, que ha sido derramado en nuestros corazones, siendo Santos como Dios es Santo, para que también en nosotros se manifieste su gloria".
En su reflexión en italiano, Benedicto XVI dijo que la Fiesta de hoy "nos recuerda que la santidad es la vocación originaria de cada bautizado. Cristo, de hecho, que con el Padre y con el Espíritu es el sólo Santo, ha amado a la Iglesiacomo su esposa y se ha dado a sí mismo por ella, a fin de santificarla".
"Por esta razón todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a ser santos, según la afirmación del apóstol Pablo: ‘La voluntad de Dios es que sean santos’. Por lo tanto, estamos invitados a mirar la Iglesia no en su aspecto temporal y humano, marcado por la fragilidad, sino como Cristo la ha querido, esto es ‘comunión de los Santos’".
La nota de Radio Vaticana señala que el Santo Padre dijo luego que "en el Credo, la profesamos ‘santa’, en cuanto es el Cuerpo de Cristo, es instrumento de participación a los santos misterios, en primer lugar la Eucaristía, es familia de los Santos a cuya protección venimos confiados en el día del Bautismo".
"Hoy veneramos propiamente esta innumerable comunidad de Todos los Santos, los cuales, a través de sus diferentes recorridos de vida, nos indican diversos caminos de santidad, unidos por un único denominador: seguir a Cristo y conformarse a Él, hasta lo último de nuestra realidad humana".
Tras recordar que todos los estados de vida permiten llegar a la santidad, el Papa recordó la celebración, mañana 2 de noviembre, de la fiesta de todos los Fieles Difuntos, que "nos ayuda a recordar a nuestros seres queridos que nos han dejado y a todas las almas en camino hacia la plenitud de la vida, propiamente en el horizonte de la Iglesia celeste, a la que la Solemnidad de hoy nos ha elevado".
El Papa Benedicto XVI resaltó que la oración por los muertos es "no sólo útil sino necesaria, en cuanto ella no sólo los puede ayudar, sino que al mismo tiempo hace eficaz su intercesión en nuestro favor".
"También la visita a los cementerios mientras custodian los lazos de afecto con quienes nos han amado en esta vida, nos recuerda que todos tendemos hacia otra vida, más allá de la muerte", añadió.
El Papa hizo votos para "que el llanto, debido al desprendimiento terreno, no prevalezca por esto sobre la certeza de la resurrección, sobre la esperanza de alcanzar la bienaventuranza de la eternidad, ‘momento colmado de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad’".
"El objeto de nuestra esperanza de hecho es gozar de la presencia de Dios en la eternidad. Lo ha prometido Jesús a sus discípulos: ‘Los veré de nuevo y su corazón se alegrará y ninguno podrá quitarles este gozo’".
Finalmente el Santo Padre subrayó que "a la Virgen, Reina de Todos los Santos, confiamos nuestra peregrinación hacia la patria celeste, mientras invocamos para los hermanos y las hermanas difuntos su materna intercesión".
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