Un estudio realizado en Estados Unidos y publicado por Gallup, en el que se analizaron 676.000 entrevistas, muestra que las personas muy religiosas tienen un índice de bienestar más alto que las que se declaran no religiosas, ateas o agnósticas.
De acuerdo con el estudio, las personas muy religiosas de los diferentes grupos de creencias encuestadas en Estados Unidos fueron calificadas mejor que las personas no religiosas. Los judíos muy creyentes obtuvieron la escala más alta del estudio, con una puntuación de 72,4. En segundo lugar, aunque con una puntuación cercana (71,5), quedaron los mormones muy religiosos.
En comparación, los judíos moderados y no religiosos tuvieron una calificación de 68 puntos, mientras que en los mormones poco o nada religiosos fue de 63.
El estudio, publicado el 5 de abril, tiene un margen de error de más menos 1% y las entrevistas se realizaron entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Los datos son parte de una serie realizada por Gallup sobre la religiosidad y el bienestar entre los estadounidenses, según informa CNN.
Fuerte relación entre religiosidad y bienestar
“Los resultados confirman que la fuerte relación entre la religiosidad y el bienestar que Gallup demostró anteriormente se mantiene independientemente de la fe (religión)”, señaló una publicación de los investigadores Frank Newport, Dan Witters y Sangeeta Agrawal.
Aunque la diferencia entre la calificación más alta sólo fue de siete puntos, las personas que se identificaron como no religiosas, ateas o agnósticas, terminaron con la puntación más baja con 65,8 puntos.
“Al parecer esta relación es independiente de la proporción de religiosidad de las personas (muy religiosas, medianamente religiosas y las no religiosas) en cada grupo, y está más relacionada con la fe misma”, señalan en la publicación.
Por ejemplo, mientras los musulmanes tienen un menor nivel de bienestar que los judíos, la diferencia entre los más religiosos y los menos religiosos básicamente es la misma.
Los resultados del estudio también muestran que los mormones son por mucho el grupo más religioso de todos los encuestados. El 73% de los mormones se identificaron como muy religiosos, comparado con el 50% de los protestantes, el 46% de los musulmanes y el 43% de los católicos.
En comparación, las personas de otras religiones no cristianas y los judíos fueron en su mayoría no religiosos con el 43% y el 53.5%, respectivamente.
Bienestar no es igual a felicidad
Cabe recordar que Gallup define al bienestar en base a una serie de indicadores de salud mental y física en su índice de bienestar.
En ese sentido, habría que considerar que bienestar no es igual a felicidad. Al hablar de felicidad, los psicólogos han llegado a la conclusión de que ésta es una palabra que no describe con precisión lo que el cerebro quiere decir, y que ´bienestar´ es un concepto mucho más adecuado.
Para la psicología positiva, las personas felices son quienes logran un estado mental y espiritual complejo y satisfactorio y sostenible en el tiempo, combinando experiencias positivas en cuatro áreas distintas:
- Las emociones positivas: quienes experimentan curiosidad, amor o placer con cierta frecuencia tiene más posibilidades de ser feliz.
- El flow, cuando nos involucramos por completo en algo que nos gusta hacer y que sabemos hacer bien.
- La trascendencia, que incluye todos aquellos proyectos en los que nos involucramos en ideas que van más allá de nosotros.
- Las relaciones interpersonales: quien triunfa en ellas tiene mucho más fácil triunfar en las demás.
Para Sonja Lyubomirsky, profesora de la Universidad de California en Riverside y autora de The How of Happiness (El cómo de la felicidad), alrededor de la mitad de nuestra felicidad está condicionada por nuestros genes, sólo 10% depende de las cosas que nos pasan en la vida y el 40% restante depende de nosotros, de nuestro autocontrol y de las cosas que hacemos para ser felices.
De acuerdo con el estudio, las personas muy religiosas de los diferentes grupos de creencias encuestadas en Estados Unidos fueron calificadas mejor que las personas no religiosas. Los judíos muy creyentes obtuvieron la escala más alta del estudio, con una puntuación de 72,4. En segundo lugar, aunque con una puntuación cercana (71,5), quedaron los mormones muy religiosos.
En comparación, los judíos moderados y no religiosos tuvieron una calificación de 68 puntos, mientras que en los mormones poco o nada religiosos fue de 63.
El estudio, publicado el 5 de abril, tiene un margen de error de más menos 1% y las entrevistas se realizaron entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Los datos son parte de una serie realizada por Gallup sobre la religiosidad y el bienestar entre los estadounidenses, según informa CNN.
Fuerte relación entre religiosidad y bienestar
“Los resultados confirman que la fuerte relación entre la religiosidad y el bienestar que Gallup demostró anteriormente se mantiene independientemente de la fe (religión)”, señaló una publicación de los investigadores Frank Newport, Dan Witters y Sangeeta Agrawal.
Aunque la diferencia entre la calificación más alta sólo fue de siete puntos, las personas que se identificaron como no religiosas, ateas o agnósticas, terminaron con la puntación más baja con 65,8 puntos.
“Al parecer esta relación es independiente de la proporción de religiosidad de las personas (muy religiosas, medianamente religiosas y las no religiosas) en cada grupo, y está más relacionada con la fe misma”, señalan en la publicación.
Por ejemplo, mientras los musulmanes tienen un menor nivel de bienestar que los judíos, la diferencia entre los más religiosos y los menos religiosos básicamente es la misma.
Los resultados del estudio también muestran que los mormones son por mucho el grupo más religioso de todos los encuestados. El 73% de los mormones se identificaron como muy religiosos, comparado con el 50% de los protestantes, el 46% de los musulmanes y el 43% de los católicos.
En comparación, las personas de otras religiones no cristianas y los judíos fueron en su mayoría no religiosos con el 43% y el 53.5%, respectivamente.
Bienestar no es igual a felicidad
Cabe recordar que Gallup define al bienestar en base a una serie de indicadores de salud mental y física en su índice de bienestar.
En ese sentido, habría que considerar que bienestar no es igual a felicidad. Al hablar de felicidad, los psicólogos han llegado a la conclusión de que ésta es una palabra que no describe con precisión lo que el cerebro quiere decir, y que ´bienestar´ es un concepto mucho más adecuado.
Para la psicología positiva, las personas felices son quienes logran un estado mental y espiritual complejo y satisfactorio y sostenible en el tiempo, combinando experiencias positivas en cuatro áreas distintas:
- Las emociones positivas: quienes experimentan curiosidad, amor o placer con cierta frecuencia tiene más posibilidades de ser feliz.
- El flow, cuando nos involucramos por completo en algo que nos gusta hacer y que sabemos hacer bien.
- La trascendencia, que incluye todos aquellos proyectos en los que nos involucramos en ideas que van más allá de nosotros.
- Las relaciones interpersonales: quien triunfa en ellas tiene mucho más fácil triunfar en las demás.
Para Sonja Lyubomirsky, profesora de la Universidad de California en Riverside y autora de The How of Happiness (El cómo de la felicidad), alrededor de la mitad de nuestra felicidad está condicionada por nuestros genes, sólo 10% depende de las cosas que nos pasan en la vida y el 40% restante depende de nosotros, de nuestro autocontrol y de las cosas que hacemos para ser felices.
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