viernes, 27 de mayo de 2016

Evangelio 27 de Mayo de 2016

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Pedro 4:7-13
    7 El fin de todas las cosas está cercano. Sed, pues, sensatos y sobrios para daros a la oración.
    8 Ante todo, tened entre vosotros intenso amor, pues el amor cubre multitud de pecados.
    9 Sed hospitalarios unos con otros sin murmurar.
    10 Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios.
    11 Si alguno habla, sean palabras de Dios; si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder recibido de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
    12 Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño,
    13 sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria.
  • Salmo responsorial

    Salmo 96:10-13
    10 Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.
    11 ¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra;
    12 exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque,
    13 ante la faz de Yahveh, pues viene él, viene, sí, a juzgar la tierra! El juzgará al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad.
  • Evangelio

    Marcos 11:11-26
    11 Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
    12 Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre.
    13 Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos.
    14 Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» Y sus discípulos oían esto.
    15 Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas
    16 y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.
    17 Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! »
    18 Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina.
    19 Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.
    20 Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz.
    21 Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca.»
    22 Jesús les respondió: «Tened fe en Dios.
    23 Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá.
    24 Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis.
    25 Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas.»

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