martes, 28 de junio de 2016

Evangelio 28 de Junio de 2016

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Amós 3:1-8; 4:11-12
    1 Escuchad esta palabra que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto:
    2 Solamente a vosotros conocí de todas las familias de la tierra; por eso yo os visitaré por todas vuestras culpas.
    3 Caminan acaso dos juntos, sin haberse encontrado?
    4 ¿Ruge el león en la selva sin que haya presa para él? ¿Lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo?
    5 ¿Cae un pájaro a tierra en el lazo, sin que haya una trampa para él? ¿Se alza del suelo el lazo sin haber hecho presa?
    6 ¿Suena el cuerno en una ciudad sin que el pueblo se estremezca? ¿Cae en una ciudad el infortunio sin que Yahveh lo haya causado?
    7 No, no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
    8 Ruge el león, ¿quién no temerá? Habla el Señor Yahveh, ¿quién no profetizará?
    11 Os he trastornado como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra, habéis quedado como un tizón salvado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Yahveh.
    12 Por eso, así voy a hacer contigo, Israel, y porque esto voy a hacerte, prepárate, Israel, a afrontar a tu Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 5:4-8
    4 Yahveh; ya de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a la espera.
    5 Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.
    6 No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. Detestas a todos los agentes de mal,
    7 pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahveh.
    8 Mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Templo me prosterno, lleno de tu temor.
  • Evangelio

    Mateo 8:23-27
    23 Subió a la barca y sus discípulos le siguieron.
    24 De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido.
    25 Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!»
    26 Díceles: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza.
    27 Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?»
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    II Timoteo 2:22-26
    22 Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro.
    23 Evita las discusiones necias y estúpidas; tú sabes bien que engrendran altercados.
    24 Y a un siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a enseñar, sufrido,
    25 y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad,
    26 y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad.
  • Salmo responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31
    3 Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz,
    4 ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
    5 Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
    6 hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
    30 La boca del justo sabiduría susurra, su lengua habla rectitud;
    31 la ley de su Dios está en su corazón, sus pasos no vacilan.
  • Evangelio

    Juan 17:20-26
    20 No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí,
    21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
    22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
    23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
    24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que ma has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
    25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado.
    26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»

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