martes, 27 de septiembre de 2016

Evangelio 27 de Septiembre de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Job 3:1-3, 11-17, 20-23
    1 Después de esto, abrió Job la boca y maldijo su día.
    2 Tomó Job la palabra y dijo:
    3 ¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido!»
    11 ¿Por qué no morí cuando salí del seno, o no expiré al salir del vientre?
    12 ¿Por qué me acogieron dos rodillas? ¿por qué hubo dos pechos para que mamara?
    13 Pues ahora descansaría tranquilo, dormiría ya en paz,
    14 con los reyes y los notables de la tierra, que se construyen soledades;
    15 o con los príncipes que poseen oro y llenan de plata sus moradas.
    16 O ni habría existido, como aborto ocultado, como los fetos que no vieron la luz.
    17 Allí acaba la agitación de los malvados, allí descansan los exhaustos.
    20 ¿Para qué dar la luz a un desdichado, la vida a los que tienen amargada el alma,
    21 a los que ansían la muerte que no llega y excavan en su búsqueda más que por un tesoro,
    22 a los que se alegran ante el túmulo y exultan cuando alcanzan la tumba,
    23 a un hombre que ve cerrado su camino, y a quien Dios tiene cercado?
  • Salmo responsorial

    Salmo 88:2-8
    2 Yahveh, Dios de mi salvación, ante ti estoy clamando día y noche;
    3 llegue hasta tí mi súplica, presta oído a mi clamor.
    4 Porque mi alma de males está ahíta, y mi vida está al borde del seol;
    5 contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabado:
    6 relegado entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, aquellos de los que no te acuerdas más, que están arrancados de tu mano.
    7 Me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismos;
    8 sobre mí pesa tu furor, con todas tus olas me hundes.
  • Evangelio

    Lucas 9:51-56
    51 Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén,
    52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada;
    53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
    54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»
    55 Pero volviéndose, les reprendió;
    56 y se fueron a otro pueblo.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Corintios 1:26-31
    26 ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.
    27 Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.
    28 Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
    29 Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios.
    30 De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención,
    31 a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor.
  • Salmo responsorial

    Salmo 112:1-9
    1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!
    2 Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.
    3 Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece.
    4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
    5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.
    6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;
    7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.
    8 Seguro está su corazón, no teme: al fin desafiará a sus adversarios.
    9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.
  • Evangelio

    Mateo 9:35-38
    35 Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia.
    36 Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor.
    37 Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.
    38 Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»

No hay comentarios: