Primera lectura
Eclesiástico 48:1-4, 9-11
1 Después surgió el profeta Elías como fuego, su palabra abrasaba como antorcha.
2 El atrajo sobre ellos el hambre, y con su celo los diezmó.
3 Por la palabra del Señor cerró los cielos, e hizo también caer fuego tres veces.
4 ¡Qué glorioso fuiste, Elías, en tus portentos! ¿quién puede jactarse de ser igual que tú?
9 en torbellino de fuego fuiste arrebatado en carro de caballos ígneos;
10 fuiste designado en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.
11 Felices aquellos que te vieron y que se durmieron en el amor, que nosotros también viviremos sin duda.
Salmo responsorial
Salmo 80:2-3, 15-16, 18-19
2 Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado entre querubes, resplandece
3 ante Efraím, Benjamín y Manasés; ¡despierta tu poderío, y ven en nuestro auxilio!
15 ¡Oh Dios Sebaot, vuélvete ya, desde los cielos mira y ve, visita a esta viña,
16 cuídala, a ella, la que plantó tu diestra!
18 Esté tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de Adán que para ti fortaleciste.
19 Ya no volveremos a apartarnos de ti; nos darás vida y tu nombre invocaremos.
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