jueves, 9 de marzo de 2017

Evangelio 9 de Marzo de 2017

Color: Morado

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Ester 14:1, 3-5, 12-14
    1 Por su parte, la reina Ester se refugió en el Señor, presa de mortal angustia.
    3 Y suplicó al Señor, Dios de Israel, diciendo: «Mi Señor y Dios nuestro, tú eres único. Ven en mi socorro, que estoy sola y no tengo socorro sino en ti,
    4 y mi vida está en peligro.
    5 Yo oí desde mi infancia, en mi tribu paterna, que tú, Señor, elegiste a Israel de entre todos los pueblos, y a nuestros padres de entre todos sus mayores para ser herencia tuya para siempre cumpliendo en su favor cuanto dijiste.
    12 Acuérdate, Señor, y date a conocer en el día de nuestra aflicción; y dame a mí valor, rey de los dioses y señor de toda autoridad.
    13 Pon en mis labios palabras armoniosas cuando esté en presencia del león; vuelve el odio de su corazón contra el que nos combate para ruina suya y de los que piensan como él.
    14 Líbranos con tus manos y acude en mi socorro, que estoy sola, y a nadie tengo, sino a ti, Señor
  • Salmo responsorial

    Salmo 138:1-3, 7-8
    1 De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
    2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
    3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    7 Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva:
    8 Yahveh lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos!
  • Evangelio

    Mateo 7:7-12
    7 «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
    8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá.
    9 ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra;
    10 o si le pide un pez, le dé una culebra?
    11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!
    12 «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.

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