Primera lectura
Éxodo 32:15-24, 30-34
15 Volvióse Moisés y bajó del monte, con las dos tablas del Testimonio en su mano, tablas escritas por ambos lados; por una y otra cara estaban escritas.
16 Las tablas eran obra de Dios, y la escritura, grabada sobre las mismas, era escritura de Dios.
17 Cuando Josué oyó la voz del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: «Gritos de guerra en el campamento.»
18 Respondió Moisés: «No son gritos de victoria, ni alarido de derrota. Cantos a coro es lo que oigo.»
19 Cuando Moisés llegó cerca del campamento y vio el becerro y las danzas, ardió en ira, arrojó de su mano las tablas y las hizo añicos al pie del monte.
20 Luego tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo molió hasta redurcirlo a polvo, que esparció en el agua, y se lo dio a beber a los israelitas.
21 Y dijo Moisés a Aarón: «¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?»
22 Aarón respondió: «No se encienda la ira de mi señor. Tú mismo sabes que este pueblo es inclinado al mal.
23 Me dijeron: "Haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qué le ha sucedido a Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto."
24 Yo les contesté: "El que tenga oro despréndase." Ellos se lo quitaron y me lo dieron; yo lo eché al fuego y salió este becerro.»
30 Al día siguiente dijo Moisés al pueblo: «Habéis cometido un gran pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado.»
31 Volvió Moisés donde Yahveh y dijo: «¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro.
32 Con todo, si te dignas perdonar su pecado..., y si no, bórrame del libro que has escrito.»
33 Yahveh respondió a Moisés: Al que peque contra mí, le borraré yo de mi libro.
34 Ahora ve y conduce al pueblo adonde te he dicho. He aquí que mi ángel irá delante de ti, mas en el día de mi visita los castigaré yo por su pecado.»
Salmo responsorial
Salmo 34:2-11
2 Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza;
3 en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren!
4 Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos.
5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.
6 Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante.
7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias.
8 Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra.
9 Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él.
10 Temed a Yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada.
11 Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a Yahveh de ningún bien carecen.
Evangelio
Lucas 14:25-33
25 Caminaba con él mucha gente, y volviéndose les dijo:
26 «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.
27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
28 «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?
29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:
30 "Este comenzó a edificar y no pudo terminar."
31 O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con 10.000 puede salir al paso del que viene contra él con 20.000?
32 Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.
33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
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