viernes, 20 de octubre de 2017

Evangelio 20 de Octubre de 2017

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Romanos 4:1-8
    1 ¿Qué diremos, pues, de Abraham, nuestro padre según la carne?
    2 Si Abraham obtuvo la justicia por las obras, tiene de qué gloriarse, mas no delante de Dios.
    3 En efecto, ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia.
    4 Al que trabaja no se le cuenta el salario como favor sino como deuda;
    5 en cambio, al que, sin trabajar, cree en aquel que justifica al impío, su fe se le reputa como justicia.
    6 Como también David proclama bienaventurado al hombre a quien Dios imputa la justicia independientemente de las obras:
    7 Bienaventurados aquellos cuyas maldades fueron perdonadas, y cubiertos sus pecados.
    8 Dichoso el hombre a quien el Señor no imputa culpa alguna.
  • Salmo responsorial

    Salmo 32:1-2, 5, 11
    1 De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!
    2 Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude.
    5 Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.
    11 ¡Alegraos en Yahveh, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de recto corazón!
  • Evangelio

    Lucas 12:1-7
    1 En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
    2 Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse.
    3 Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados.
    4 «Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
    5 Os mostraré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os repito: temed a ése.
    6 «¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios.
    7 Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos.

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