martes, 28 de noviembre de 2017

Evangelio 28 de Noviembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Daniel 2:31-45
    31 «Tú, oh rey, has tenido esta visión: una estatua, una enorme estatua, de extraordinario brillo, de aspecto terrible, se levantaba ante ti.
    32 La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus lomos de bronce,
    33 sus piernas de hierro, sus pies parte de hierro y parte de arcilla.
    34 Tú estabas mirando, cuando de pronto una piedra se desprendió, sin intervención de mano alguna, vino a dar a la estatua en sus pies de hierro y arcilla, y los pulverizó.
    35 Entonces quedó pulverizado todo a la vez: hierro, arcilla, bronce, plata y oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y el viento se lo llevó sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.
    36 Tal fue el sueño: ahora diremos ante el rey su interpretación.
    37 Tú, oh rey, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado reino, fuerza, poder y gloria
    38 - los hijos de los hombres, las bestias del campo, los pájaros del cielo, dondequiera que habiten, los ha dejado en tus manos y te ha hecho soberano de ellos -, tú eres la cabeza de oro.
    39 Después de ti surgirá otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que dominará la tierra entera.
    40 Y habrá un cuarto reino, duro como el hierro, como el hierro que todo lo pulveriza y machaca: como el hierro qué aplasta, así él pulverizará y aplastará a todos los otros.
    41 Y lo que has visto, los pies y los dedos, parte de arcilla de alfarero y parte de hierro, es un reino que estará dividido; tendrá la solidez del hierro, según has visto el hierro mezclado con la masa de arcilla.
    42 Los dedos de los pies, parte de hierro y parte de arcilla, es que el reino será en parte fuerte y en parte fragil.
    43 Y lo que has visto: el hierro mezclado con la masa de arcilla, es que se mezclarán ellos entre sí por simiente humana, pero no se aglutinarán el uno al otro, de la misma manera que el hierro no se mezcla con la arcilla.
    44 En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, y este reino no pasará a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos estos reinos, y él subsistirá eternamente:
    45 tal como has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, la piedra que redujo a polvo el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El Dios grande ha dado a conocer al rey lo que ha de suceder. Tal es verdaderamente el sueño, y su interpretación digna de confianza.»
  • Salmo responsorial

    Daniel 3:57-61
    57 Obras todas del Señor, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
    58 Angeles del Señor, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
    59 Cielos, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
    60 Aguas todas que estáis sobre los cielos, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
    61 Potencias todas del Señor, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
  • Evangelio

    Lucas 21:5-11
    5 Como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo:
    6 «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.»
    7 Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?»
    8 El dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy" y "el tiempo está cerca". No les sigáis.
    9 Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.»
    10 Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
    11 Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Eclesiástico 45:1-5
    1 Hizo salir de él un hombre de bien, que hallaba gracia a los ojos de todos, amado por Dios y por los hombres, Moisés, cuya memoria está envuelta en bendiciones.
    2 Le hizo en gloria comparable a los santos, le engrandeció para temor de los enemigos.
    3 Por su palabra puso fin a los prodigios, y le glorificó delante de los reyes; le dio para su pueblo mandamientos, y le mostró algo de su gloria.
    4 En fidelidad y mansedumbre le santificó, le eligió entre toda carne.
    5 Le hizo oír su voz, y le introdujo en la calígine; cara a cara le dio los mandamientos, la ley de vida y de saber, para enseñar a Jacob su alianza, y sus decretos a Israel.
  • Salmo responsorial

    Salmo 16:1-2, 5-8, 11
    1 media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio.
    2 Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»;
    5 Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
    6 la cuerda me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa para mí.
    7 Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye;
    8 pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo.
    11 Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.
  • Evangelio

    Lucas 10:1-9
    1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
    2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
    3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
    4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
    5 En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
    6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
    7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
    8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
    9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."

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