Primera lectura
Job 9:1-12, 14-16
1 Job tomó la palabra y dijo:
2 Bien sé yo, en verdad, que es así: ¿cómo ante Dios puede ser justo un hombre?
3 A quien pretenda litigar con él, no le responderá ni una vez entre mil.
4 Entre los más sabios, entre los más fuertes, ¿quién le hizo frente y salió bien librado?
5 El traslada los montes sin que se den cuenta, y los zarandea en su furor.
6 El sacude la tierra de su sitio, y se tambalean sus columnas.
7 A su veto el sol no se levanta, y pone un sello a las estrellas.
8 El solo desplegó los Cielos, y holló la espalda de la Mar.
9 El hizo la Osa y Orión, las Cabrillas y las Cámaras del Sur.
10 Es autor de obras grandiosas, insondables, de maravillas sin número.
11 Si pasa junto a mí, yo no le veo, si se desliza, no le advierto.
12 Si en algo hace presa, ¿quién le estorbará? ¿quién le dirá: «¿Qué es lo que haces?»
14 ¡Cuánto menos podré yo defenderme y rebuscar razones frente a él!
15 Aunque tuviera razón, no hallaría respuesta, ¡a mi juez tendría que suplicar!
16 Y aunque le llame y me responda, aún no creo que escuchará mi voz.
Salmo responsorial
Salmo 88:10-15
10 mi ojo se consume por la pena. Yo te llamo, Yahveh, todo el día, tiendo mis manos hacia ti.
11 ¿Acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte?
12 ¿Se habla en la tumba de tu amor, de tu lealtad en el lugar de perdición?
13 ¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido ?»
14 Mas yo grito hacia ti, Yahveh, de madrugada va a tu encuentro mi oración;
15 ¿por qué, Yahveh, mi alma rechazas, lejos de mí tu rostro ocultas?
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