Primera lectura
Apocalipsis 7:2-4, 9-142 Luego vi a otro Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar:3 «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»4 Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel.9 Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.10 Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»11 Y todos los Angeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios12 diciendo: «Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.»13 Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?»14 Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.» Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero.Salmo responsorial
Salmo 24:1-61 Salmo. De David. De Yahveh es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en él habitan;2 que él lo fundó sobre los mares, él lo asentó sobre los ríos.3 ¿Quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?4 El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura.5 El logrará la bendición de Yahveh, la justicia del Dios de su salvación.6 Tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob.Segunda lectura
I Juan 3:1-31 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.Evangelio
Mateo 5:1-121 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.4 Bienaventurados los mansos , porque ellos posseerán en herencia la tierra.5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
jueves, 1 de noviembre de 2018
Lecturas 1 de Noviembre de 2018
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