Primera lectura
Apocalipsis 3:1-6, 14-221 Al Angel de la Iglesia de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto.2 Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras llenas a los ojos de mi Dios.3 Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.4 Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen.5 El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Angeles.6 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.14 Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios.15 Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!16 Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.17 Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.18 Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista.19 Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete.20 Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.21 Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.22 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.Salmo responsorial
Salmo 15:2-52 El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón,3 y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano, ni hace agravio a su prójimo;4 con menosprecio mira al réprobo, mas honra a los que temen a Yahveh; que jura en su perjuicio y no retracta,5 no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente. Quien obra así jamás vacilará.Evangelio
Lucas 19:1-101 Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
martes, 20 de noviembre de 2018
Lecturas 20 de Noviembre de 2018
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