Lecturas del día:
Primera lectura
Daniel 3:25, 34-4325 Y Azarías, de pie en medio del fuego, tomó la palabra y oró así:34 ¡Oh, no nos abandones para siempre, - por amor de tu nombre - no repudies tu alianza,35 no nos retires tu misericordia, por Abraham tu amado, por Isaac tu siervo, por Israel tu santo,36 a quienes tú prometiste multiplicar su linaje como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar!37 Señor, que somos más pequeños que todas las naciones, que hoy estamos humillados en toda la tierra, por causa de nuestros pecados;38 ya no hay, en esta hora, príncipe, profeta ni caudillo, holocausto, sacrificio, oblación ni incienso ni lugar donde ofrecerte las primicias,39 y hallar gracia a tus ojos. Mas con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos, como con holocaustos de carneros y toros, y con millares de corderos pingües;40 tal sea hoy nuestro sacrificio ante ti, y te agrade que plenamente te sigamos, porque no hay confusión para los que en ti confian.41 Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos dejes en la confusión,42 trátanos conforme a tu bondad y según la abundancia de tu misericordia.43 Líbranos según tus maravillas, y da, Señor, gloria a tu nombre.Salmo responsorial
Salmo 25:4-94 Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.5 Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación. En ti estoy esperando todo el día,6 Acuérdate, Yahveh, de tu ternura, y de tu amor, que son de siempre.7 De los pecados de mi juventud no te acuerdes, pero según tu amor, acuérdate de mí. por tu bondad, Yahveh.8 Bueno y recto es Yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino;9 conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero.Evangelio
Mateo 18:21-3521 Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»23 «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré."27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes."29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré."30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?"34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»
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