Lecturas del día:
Primera lectura
I Timoteo 4:12-1612 Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza.13 Hasta que yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza.14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.15 Ocúpate en estas cosas; vive entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.16 Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas disposiciones, pues obrando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.Salmo responsorial
Salmo 111:7-107 Verdad y justicia, las obras de sus manos, leales todas sus ordenanzas,8 afirmadas para siempre jamás, ejecutadas con verdad y rectitud.9 Ha enviado redención a su pueblo, ha fijado para siempre su alianza; santo y temible es su nombre.10 Principio del saber, el temor de Yahveh; muy cuerdos todos los que lo practican. Su alabanza por siempre permanece.Evangelio
Lucas 7:36-5036 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien»,44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.45 No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»Primera lectura
II Corintios 4:7-157 Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.8 Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados;9 perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados.10 Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.11 Pues, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.12 De modo que la muerte actúa en nosotros, mas en vosotros la vida.13 Pero teniendo aquel espíritu de fe conforme a lo que está escrito: "Creí, por eso hablé," también nosotros creemos, y por eso hablamos,14 sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros.15 Y todo esto, para vuestro bien a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.Salmo responsorial
Salmo 126:1-61 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.Evangelio
Juan 17:11-1911 Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.12 Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.13 Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada.14 Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo.15 No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno.16 Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.17 Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.19 Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
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