Lecturas diarias:
- Primera Lectura
Isaías 25:6-10
6Hará Yahveh Sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos: manjares de tuétanos, vinos depurados;7consumirá en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertura que cubre a todos los gentes;8consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Yahveh ha hablado.9Se dirá aquel día: «Ahí tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; éste es Yahveh en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación.»10Porque la mano de Yahveh reposará en este monte, Moab será aplastado en su sitio como se aplasta la paja en el muladar. - Salmo Responsorial
Salmo 23:1-6
1Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.2Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,3y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.4Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.5Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.6Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días. - Segunda Lectura
Filipenses 4:12-14, 19-20
12Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación.13Todo lo puedo en Aquel que me conforta.14En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación.19Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.20Y a Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén. - Evangelio
Mateo 22:1-14
1Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:2«El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.3Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.4Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."5Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;6y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.7Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.8Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.9Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."10Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.11«Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,12le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado.13Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."14Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»OR
Mateo 22:1-10
1Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:2«El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.3Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.4Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."5Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;6y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.7Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.8Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.9Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."10Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.
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