lunes, 9 de septiembre de 2024

Lecturas 9 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Corintios 5:1-8

    1Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre.2Y ¡vosotros andáis tan hinchados! Y no habéis hecho más bien duelo para que fuera expulsado de entre vosotros el autor de semejante acción.3Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró:4que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro,5sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor.6¡No es como para gloriaros! ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?7Puruficaos de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado.8Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y verdad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 5:5-7, 12

    5Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.6No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. Detestas a todos los agentes de mal,7pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahveh.12Y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; tú los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre.

  • Evangelio

    Lucas 6:6-11

    6Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca.7Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle.8Pero él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte ahí en medio.» El, levantándose, se puso allí.9Entonces Jesús les dijo: «Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla.»10Y mirando a todos ellos, le dijo: «Extiende tu mano.» El lo hizo, y quedó restablecida su mano.11Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús.

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