lunes, 23 de febrero de 2009

Evangelio 23 de febrero de 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Si 1,1-10
1 Toda sabiduría viene del Señor y con él está eternamente. 2 La arena de los mares, las gotas de la lluvia y los días del pasado, ¿quién podrá contarlos? 3 La altura de los cielos, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo y la sabiduría, ¿quién podrá medirlas? 4 Antes que todo fue creada la sabiduría, y la prudencia inteligente desde la eternidad. 6 La fuente de la sabiduría, ¿a quién fue manifestada?; sus sutilezas, ¿quién las conoce? 8 Uno solo es sabio y muy temible, el que se sienta sobre su trono. 9 El Señor la creó, la vio, la midió y la derramó sobre todas sus obras, 10 sobre toda carne con generosidad, y proveyó de ella a todos los que le aman.

Salmo Responsorial
Sal 93,1
1 El Señor es rey de majestad vestido: el Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder. Tú afirmaste el mundo y no se moverá;

Sal 93,1-2
1 El Señor es rey de majestad vestido: el Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder. Tú afirmaste el mundo y no se moverá; 2 desde el principio tu trono está bien firme, desde siempre existes tú.

Sal 93,5
5 Tus órdenes son firmes, oh Señor, la santidad es el patrimonio eterno de tu casa.

Evangelio
Mc 9,13-28
13 Yo os digo que Elías ya ha venido y lo han tratado a su antojo, como estaba escrito de él».
EL MUCHACHO EPILÉPTICO
14 Al llegar adonde estaban los discípulos, vio que los rodeaba mucha gente y que unos maestros de la ley discutían con ellos. 15 En cuanto la gente vio a Jesús, todos quedaron sorprendidos y corrieron a saludarlo. 16 Y les preguntó: «¿De qué discutíais con ellos?». 17 Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo; 18 y cuando se apodera de él, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echasen, pero no han podido». 19 Jesús respondió: «¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo». 20 Y se lo llevaron. Apenas el espíritu vio a Jesús, retorció violentamente al muchacho, el cual se cayó al suelo revolcándose y echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?». Él respondió: «Desde la infancia; 22 y muchas veces lo tira al fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, apiádate de nosotros y ayúdanos». 23 Jesús le dijo: «¡Si puedes...! Todo es posible para el que cree». 24 Entonces el padre del muchacho exclamó: «Yo creo. Ayúdame a creer más». 25 Jesús, al ver que acudía más gente, increpó al espíritu inmundo diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: Sal del muchacho y nunca más vuelvas a entrar en él». 26 Y el espíritu, dando gritos y haciendo que el muchacho se retorciera violentamente, salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. 27 Pero Jesús lo agarró de la mano, lo levantó, y el muchacho se mantuvo en pie. 28 Cuando Jesús entró en casa, sus discípulos, a solas con él, le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos echarlo?

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