Entre las autoridades públicas estuvieron el canciller Hugo Martínez, el fiscal general Romeo Barahona, el alcalde Norman Quijano y miembros del cuerpo diplomático. Así como el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, el ex arzobispo Fernado Sáenz Lacalle y obispos del país.
En la homilía, el nuncio apostólico, Luigi Pezzuto, recordó el “método preventivo” que utilizó Don Bosco para educar a los jóvenes y que aún se usa en las instituciones salesianas. “Además de la ciencia y la inteligencia humana, se deben proponer valores humanos auténticos, que al final coinciden con los principios contenidos en el evangelio de Cristo”, destacó el religioso.
Mientras la misa se celebraba hubo personas que hacían fila para ver la reliquia de Don Bosco. Unos, como María Flores, solo buscaban ver de cerca a un personaje que dejó huella. “Siempre lo he admirado porque ha hecho mucho por los pobres y por los niños de la calle”, aseguró.
En el caso de Paola López, quien llegó desde San Juan Opico (La Libertad), quería pedirle dos favores de sanación a Don Bosco. “Le tengo fe porque es una persona que hizo mucho en vida”, dijo.
Tras culminar la misa, que duró una hora con 45 minutos, se alistó la partida del santo hacia el Aeropuerto de Ilopango. Los asistentes lo despidieron con aplausos y la urna comenzó su recorrido. Pero se hizo una escala breve en el Polígono Industrial Don Bosco, conocido por rehabilitar a pandilleros.
Los restos partieron del país a las 3:40 p. m. hacia Guatemala, donde estará hasta el 4 de agosto. Luego serán llevados a México, en donde estarán un mes.
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