viernes, 17 de septiembre de 2010

Evangelio 17 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 15, 12-20
    "Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido"

    Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que lo muertos no resucitan?

    Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo.

    Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan.

    Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido.

    Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados.

    ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

  • Salmo Responsorial: 16
    "Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor."

    Señor, escucha mi apelación, / atiende a mis clamores, / presta oído a mi súplica, / que en mis labios no hay engaño. R.

    Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; / inclina el oído y escucha mis palabras. / Muestra las maravillas de tu misericordia, / tú que salvas de los adversarios / a quien se refugia a tu derecha. R.

    Guárdame como a las niñas de tus ojos, / a la sombra de tus alas escóndeme. / Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, / y al despertar me saciaré e tu semblante. R.

  • Evangelio: Lucas 8, 1-3
    "Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes"

    En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

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