Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Dios es un Niño que ama, que te ama con un corazón de niño y con la fuerza de un Dios. | |
Quienquiera que seas, detente un momento ante esa cueva. ¿Ves ese niño indefenso? Es Dios, es el único Redentor. Es para ti. Si te sientes muy pecador… Él te dice que tienes perdón. Si estás muy desesperado… Él te ofrece la alegría de vivir. Si eres pobre… piensa que Él es más pobre que tú y que es pobre por ti. Si crees que no hay camino para encontrar la paz… El es el Camino. Si crees que todo es farsa y mentira en la vida y en la sociedad… Él es la Verdad. Si crees que la vida no tiene sentido ni valor… Recuerda que Él es la Vida. Tú que te has detenido ante muchos palacios, y tiendas, y salas de fiestas, sin encontrar lo que buscas… nada pierdes con intentar comprar a ese Niño el amor, la vida y la paz. Y Él a cambio te pide una pequeña limosna de amor. Cada año vuelve a nacer donde le dejan y vuelve a pasar frío, mucho frío en tantos corazones; pero queda compensado por el calor y el cariño de unos pocos que le aman con locura. ¿Qué le ofrezco yo en esta Noche Buena? ¿Unas pajas, un poquito de cariño, el rescoldo de un viejo amor? Voy a entrar a esa cueva de rodillas, voy a besar ese pesebre y esas pajas.. . El Amor se hizo pequeño, se hizo débil, se hizo tierno, se hizo carne, carne como la nuestra, carne que llora y sufre y tiene frío, pero carne de amor: Dios es Amor Encarnado. Dios es un Niño que ríe, que ríe contigo. Dios es un Niño que llora, que llora por ti. Dios es un Niño que ama, que te ama con un corazón de niño, y con la fuerza de un Dios. |
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