martes, 21 de mayo de 2013

Evangelio 21 de Mayo de 2013


Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (2,1-13):

Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes en el momento de la prueba; pégate a él, no lo abandones, y al final serás enaltecido. Acepta cuanto te suceda, aguanta enfermedad y pobreza, porque el oro se acrisola en el fuego, y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza. Confía en Dios, que él te ayudará; espera en él, y te allanará el camino. Los que teméis al Señor, esperad en su misericordia, y no os apartéis, para no caer; los que teméis al Señor, confiad en él, que no retendrá vuestro salario hasta mañana; los que teméis al Señor, esperad bienes, gozo perpetuo y salvación; los que teméis al Señor, amadlo, y él iluminará vuestros corazones. Fijaos en las generaciones pretéritas: ¿quien confió en el Señor y quedó defraudado?; ¿quién esperó en él y quedó abandonado?; ¿quién gritó a él y no fue escuchado? Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del peligro.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 36,3-4.18-19.27-28.39-40

R/. Encomienda tu camino al Señor, y él actuará

Confía en el Señor y haz el bien, 
habita tu tierra y practica la lealtad; 
sea el Señor tu delicia, 
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

El Señor vela por los días de los buenos, 
y su herencia durará siempre; 
no se agostarán en tiempo de sequía, 
en tiempo de hambre se saciarán. R/.

Apártate del mal y haz el bien, 
y siempre tendrás una casa; 
porque el Señor ama la justicia 
y no abandona a sus fieles. 
os inicuos son exterminados, 
la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.

El Señor es quien salva a los justos, 
él es su alcázar en el peligro; 
el Señor los protege y los libra, 
los libra de los malvados 
y los salva porque se acogen a él. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. 
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» 
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. 
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?» 
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. 
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» 
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mi no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor

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