BUENOS AIRES, 08 May. 14 / 09:15 pm (ACI/EWTN Noticias).- Analizando el caso de una niña de 13 años, embarazada producto de una violación, a la que recientemente se sometió a un aborto, los abogados María Inés Franck y Jorge Nicolás Lafferriere, del Centro de Bioética de Argentina, advirtieron que esta práctica anti-vida no previene la violación sino que la invisibiliza.
María Inés Franck y Jorge Nicolás Lafferriere indicaron que “la violación de la joven que provocó el embarazo se produjo en un contexto intrafamiliar, como ha sucedido en la mayoría de los casos que tomaron estado público, lo que genera gran preocupación por las graves consecuencias que la disfuncionalidad de la familia está provocando sobre los niños y especialmente las niñas. El aborto no previene esa violencia”.
“Más aún, el aborto ‘despenalizado’ invisibiliza esa violencia. En efecto, el embarazo deja en evidencia un problema que, en lugar de ser enfrentado y perseguido penalmente, muchas veces es ignorado (o incluso en algunos casos tolerado)”.
Para los juristas, “el aborto no ayuda a que salga a la luz tal violencia –ni siquiera se exige que haya denuncia penal- y en definitiva refuerza mecanismos de ocultamiento, impunidad y sometimiento”.
“La noticia del aborto realizado a una joven en Argentina con un embarazo muy avanzado de al menos 23 semanas provoca estupor y tristeza. Siempre tenemos que tratar de hacer prevalecer la vida”, señalaron.
Los expertos del Centro de Bioética lamentaron también que se haya optado por “elegir la muerte antes que la vida”.
“En el caso, se podría haber salvado la vida de la madre y de su hijo, quien ya podía ser viable y que eventualmente podía ser dado en adopción si la madre no podía asumir la maternidad. Sin embargo, se eligió el camino de dar muerte al bebé”.
Además, recordaron, “existieron reparos médicos sobre el riesgo para la salud de la niña-madre con un embarazo tan avanzado y el aborto significaba un riesgo para ambas vidas; sin embargo se eligió correr tal riesgo, lo que revela un empecinamiento y desprecio de la vida tanto de la madre como del bebé”.
“Por otra parte, no pocas dudas despierta el método utilizado para un aborto con un embarazo tan avanzado y nos preguntamos por el dolor sufrido por el bebé”.
Franck y Lafferriere señalaron también que “incluso en algunos países con ley de aborto, se establece un deber médico de salvar al niño, como ocurre en la ley italiana de aborto que dispone: ‘Cuando subsiste la posibilidad de vida autónoma del feto, la interrupción del embarazo puede ser practicada sólo en el caso del inciso a del artículo 6 y el médico que realiza la intervención debe adoptar toda medida idónea para salvaguardar la vida del feto’”.
“Las notas de este caso ponen de manifiesto un clima de presión hacia los médicos, que se ven obligados a abandonar los criterios del arte de curar para tomar decisiones en función de una agenda ideológica que contradice sus principios ético-profesionales”, indicaron.
Los letrados subrayaron que “el aborto nunca es solución y siempre es un nuevo mal que se agrega al drama de la violación. El aborto realizado significa un paso más en un camino que, sobre todo luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia de marzo de 2012, avanza hacia una cultura de la muerte”.
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