ROMA, 24 Jul. 14 / 07:36 am (ACI/EWTN Noticias).- ROMA – Meriam Ibrahim, de 27 años de edad, arribó este jueves a Italia con su esposo e hijos luego de haber enfrentado por un largo tiempo una condena a muerte en Sudán, acusada de haber abandonado el Islam y casarse con un cristiano –algo prohibido por la ley- a pesar de haberse demostrado que desde su niñez había profesado el cristianismo.
La joven madre llegó a Roma en un avión del Gobierno italiano, acompañada del viceministro de Relaciones Exteriores, Lapo Pistelli. Hasta el momento no ha habido declaraciones de las autoridades sudanesas.
Meriam había sido condenada a muerte acusada de renunciar al Islam por tres personas que fraudulentamente aseguraron ser sus hermanos y su madre. Sin embargo, ella asegura ser cristiana y haber sido criada como tal por su verdadera y fallecida madre, luego de que su padre musulmán las abandonara cuando ella tenía solo 6 años.
Las autoridades islámicas la condenaron además a 100 latigazos por el delito de adulterio, pues sumatrimonio con Daniel Wani no es reconocido como tal bajo la ley musulmana.
Tras ser advertida por un religioso musulmán del peligro para su vida y luego de habérsele ofrecido volver al Islam, Meriam aseguró que "soy cristiana y seguiré siendo cristiana".
Tras una larga lucha judicial que incluyó una campaña internacional –que recogió más de 304.000 firmas-, fue liberada el 23 de junio. Sin embargo, al día siguiente fue detenida en el aeropuerto cuando intentaba salir del país con su familia con destino a Estados Unidos. Esta vez las autoridades sudanesas la acusaban de falsificar los documentos con los que viajaría.
Debido a la nacionalidad estadounidense del esposo, el departamento de estado de Estados Unidos intervino en el caso. Luego de ser liberada bajo fianza, Meriam se refugió con su familia en la embajada de Estados Unidos.
Posteriormente, instalada en una casa donde estaba segura, la mujer contó a CNN el drama que vivió al dar a luz a su hija en la cárcel. “Solo podía pensar en mi hijos y en cómo iba a ser el parto. Lo que más me asustaba era la idea de alumbrar en prisión”. “Di a luz encadenada en mis piernas. No podía abrirlas y por eso las mujeres tuvieron que levantarme para llegar a la mesa sobre la cual no podía apoyarme”, recordó.
Su esposo es de Sudán del Sur, país mayoritariamente cristiano que se separó de Sudán –de mayoría musulmana-, luego de una larga guerra. “La embajada de Sudán del Sur asumió la responsabilidad y entregó los documentos. Es mi derecho usarlos y tener un pasaporte de Sudán del Sur porque mi esposo es un ciudadano de ese país. Él tiene un pasaporte estadounidense y uno de Sudán del Sur”, relató.
A principios de julio, el primer ministro italiano Matteo Renzi mencionó el caso de Ibrahim en su discurso al inaugurar la presidencia semestral de la Unión Europea. "Si no hay una reacción europea no podemos sentirnos dignos de llamarnos 'Europa'", expresó.
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