lunes, 11 de enero de 2016

Evangelio 11 de Enero de 2015

  • Primera lectura

    I Samuel 1:1-8
    1 Hubo un hombre de Ramatáyim, sufita de la montaña de Efraím, que se llamaba Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita.
    2 Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Peninná; Peninná tenía hijos, pero Ana no los tenía.
    3 Este hombre subía de año en año desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Yahveh Sebaot en Silo, donde estaban Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, sacerdotes de Yahveh.
    4 El día en que Elcaná sacrificaba, daba sendas porciones a su mujer Peninná y a cada uno de sus hijos e hijas,
    5 pero a Ana le daba solamente una porción, pues aunque era su preferida, Yahveh había cerrado su seno.
    6 Su rival la zahería y vejaba de continuo, porque Yahveh la había hecho estéril.
    7 Así sucedía año tras año; cuando subían al templo de Yahveh la mortificaba. Ana lloraba de continuo y no quería comer.
    8 Elcaná su marido le decía: «Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué estás triste? ¿Es que no soy para ti mejor que diez hijos?»
  • Salmo responsorial

    Salmo 116:12-19
    12 ¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?
    13 La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.
    14 Cumpliré mis votos a Yahveh, ¡sí, en presencia de todo su pueblo!
    15 Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.
    16 ¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!
    17 Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.
    18 Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,
    19 en los atrios de la Casa de Yahveh, en medio de ti, Jerusalén.
  • Evangelio

    Marcos 1:14-20
    14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios:
    15 «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.»
    16 Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
    17 Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.»
    18 Al instante, dejando las redes, le siguieron.
    19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes;
    20 y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

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