Salmo responsorial
Salmo 145:2-9
2 todos los días te bendeciré, por siempre jamás alabaré tu nombre;
3 grande es Yahveh y muy digno de alabanza, insondable su grandeza.
4 Una edad a otra encomiará tus obras, pregonará tus proezas.
5 El esplendor, la gloria de tu majestad, el relato de tus maravillas, yo recitaré.
6 Del poder de tus portentos se hablará, y yo tus grandezas contaré;
7 se hará memoria de tu inmensa bondad, se aclamará tu justicia.
8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y grande en amor;
9 bueno es Yahveh para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras.
Evangelio
Mateo 9:18-26
18 Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.»
19 Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos.
20 En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto.
21 Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.»
22 Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde aquel momento.
23 Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando,
24 decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él.
25 Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.
26 Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.
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