Primera lectura
I Corintios 12:31; 13:1-10, 1331 ¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.2 Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.3 Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.4 La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.7 Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.8 La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.9 Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.10 Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.13 Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.Salmo responsorial
Salmo 25:1-5, 8-101 De David A ti, Yahveh, levanto mi alma,2 oh Dios mío. En ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis enemigos!3 No hay confusión para el que espera en ti, confusión sólo para el que traiciona sin motivo.4 Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.5 Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación. En ti estoy esperando todo el día,8 Bueno y recto es Yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino;9 conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero.10 Todas las sendas de Yahveh son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dictámenes.Evangelio
Mateo 11:25-3025 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
martes, 18 de septiembre de 2018
Lecturas 18 de Septiembre de 2018
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