Primera lectura
Joel 2:12-1812 «Mas ahora todavía - oráculo de Yahveh - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.»13 Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia.14 ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios!15 ¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a concejo,16 congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo.17 Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: «¡Perdona, Yahveh, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?»18 Y Yahveh se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo.Salmo responsorial
Salmo 51:3-6, 12-14, 173 Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito,4 lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.5 Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí;6 contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.14 Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame;17 abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.Segunda lectura
II Corintios 5:20--6:220 Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!21 A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él.1 Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios.2 Pues dice él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé. Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de salvación.Evangelio
Mateo 6:1-6, 16-181 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
miércoles, 26 de febrero de 2020
Lecturas 26 de Febrero de 2020
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