sábado, 19 de septiembre de 2020

Lecturas 19 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Corintios 15:35-37, 42-49
    35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida?
    36 ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere.
    37 Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta.
    42 Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción;
    43 se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza;
    44 se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
    45 En efecto, así es como dice la Escritura: Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida.
    46 Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual.
    47 El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo.
    48 Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los celestes.
    49 Y del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celeste.

  • Salmo responsorial

    Salmo 56:10-14
    10 Entonces retrocederán mis enemigos, el día en que yo clame. Yo sé que Dios está por mí.
    11 En Dios, cuya palabra alabo, en Yahveh, cuya palabra alabo,
    12 en Dios confío y ya no temo, ¿qué puede hacerme un hombre?
    13 A mi cargo, oh Dios, los votos que te hice: sacrificios te ofreceré de acción de gracias,
    14 pues tú salvaste mi alma de la muerte, para que marche ante la faz de Dios, en la luz de los vivos.

  • Evangelio

    Lucas 8:4-15
    4 Habiéndose congregado mucha gente, y viniendo a él de todas las ciudades, dijo en parábola:
    5 «Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron;
    6 otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad;
    7 otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron.
    8 Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado.» Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
    9 Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola,
    10 y él dijo: «A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan.
    11 «La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios.
    12 Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven.
    13 Los de sobre piedra son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten.
    14 Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez.
    15 Lo que en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia.

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Filipenses 2:13-18
    13 pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.
    14 Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones
    15 para que seáis irreprochables e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación tortuosa y perversa, en medio de la cual brilláis como antorchas en el mundo,
    16 presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano.
    17 Y aun cuando mi sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros.
    18 De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo.

  • Salmo responsorial

    Salmo 112:1, 4-7, 9
    1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!
    4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
    5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.
    6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;
    7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.
    9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.

  • Evangelio

    Juan 15:12-17
    12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
    16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
    17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

No hay comentarios: