martes, 29 de septiembre de 2020

Lecturas 29 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Daniel 7:9-10, 13-14
    9 Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.
    10 Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miriadas de miriadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros.
    13 Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia.
    14 A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.

    O también:

    Apocalipsis 12:7-12
    7 Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron,
    8 pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
    9 Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él.
    10 Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
    11 Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.
    12 Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»

  • Salmo responsorial

    Salmo 138:1-5
    1 De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
    2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
    3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    4 Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;
    5 y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!

  • Evangelio

    Juan 1:47-51
    47 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
    48 Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
    49 Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
    50 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
    51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

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