sábado, 17 de octubre de 2020

Lecturas 17 de Octubre de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Efesios 1:15-23
    15 Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra caridad para con todos los santos,
    16 no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones,
    17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente;
    18 iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos,
    19 y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa,
    20 que desplegó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos,
    21 por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero.
    22 Bajo sus pies sometió todas la cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia,
    23 que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo.

  • Salmo responsorial

    Salmo 8:2-7
    2 ¡Oh Yahveh, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra! Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,
    3 en boca de los niños, los que aún maman, dispones baluarte frente a tus adversarios, para acabar con enemigos y rebeldes.
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste tú,
    5 ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor;
    7 le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:

  • Evangelio

    Lucas 12:8-12
    8 «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios.
    9 Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
    10 «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
    11 Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
    12 porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Filipenses 3:17--4:1
    17 Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros.
    18 Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo,
    19 cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.
    20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo,
    21 el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.
    1 Por tanto, hermanos míos queridos y añorados, mi gozo y mi corona, manteneos así firmes en el Señor, queridos.

  • Salmo responsorial

    Salmo 34:2-9
    2 Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza;
    3 en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren!
    4 Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos.
    5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.
    6 Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante.
    7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias.
    8 Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra.
    9 Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él.

  • Evangelio

    Juan 12:24-26
    24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.
    25 El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.
    26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.

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