Lecturas del día:
Primera lectura
I Samuel 1:24-2824 Cuando lo hubo destetado, lo subió consigo, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, e hizo entrar en la casa de Yahveh, en Silo, al niño todavía muy pequeño.25 Inmolaron el novillo y llevaron el niño a Elí26 y ella dijo: «Oyeme, señor. Por tu vida, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, orando a Yahveh.27 Este niño pedía yo y Yahveh me ha concedido la petición que le hice.28 Ahora yo se lo cedo a Yahveh por todos los días de su vida; está cedido a Yahveh.» Y le dejó allí, a Yahveh.Salmo responsorial
I Samuel 2:1, 4-81 Entonces Ana dijo esta oración: «Mi corazón exulta en Yahveh, mi cuerno se levanta en Dios, mi boca se dilata contra mis enemigos, porque me he gozado en tu socorro.4 El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se ciñen de fuerza.5 Los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. La estéril da a luz siete veces, la de muchos hijos se marchita.6 Yahveh da muerte y vida, hace bajar al seol y retornar.7 Yahveh enriquece y despoja, abate y ensalza.8 Levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para hacerle sentar junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria, pues de Yahveh los pilares de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo.Evangelio
Lucas 1:46-5646 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador48 porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»56 María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
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