lunes, 15 de septiembre de 2025

Lecturas 15 de Septiembre de 2025

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Hebreos 5:7-9

    7Él, en los días de su vida en la tierra, ofreció con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado por su piedad filial,
    8y, aun siendo Hijo, aprendió por los padecimientos la obediencia.
    9Y, llegado a la perfección, se ha hecho causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,

  • Salmo Responsorial

    Salmo 31:2-6, 15-16, 20

    2
    En Ti, Señor, espero;
    no quede yo nunca avergonzado: por tu justicia, líbrame.
    3
    Inclina tu oído hacia mí,
    date prisa en socorrerme. Sé para mí la roca de refugio, el alcázar firme de mi salvación;
    4
    porque Tú eres mi peña, mi fortaleza:
    por honor de tu Nombre, dirígeme y guíame;
    5
    sácame de la red que me han tendido,
    que Tú eres mi refugio.
    6
    En tus manos encomiendo mi espíritu:
    Tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.
    15
    Pero yo confío en Ti, Señor.
    Digo: «Tú eres mi Dios».
    16
    Mi suerte está en tu mano;
    líbrame de la garra de mis enemigos y de mis perseguidores.
    20
    Qué grande es tu bondad,
    la que has reservado para los que te temen, preparado para los que se refugian en Ti, a la vista de los hijos de los hombres.

  • Evangelio

    Juan 19:25-27

    25Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena.
    26
    Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, le dijo a su madre:
    —Mujer, aquí tienes a tu hijo.
    27
    Después le dice al discípulo:
    —Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa.

    OR

    Lucas 2:33-35

    33Su padre y su madre estaban admirados por las cosas que se decían de él.
    34
    Simeón los bendijo y le dijo a María, su madre:
    —Mira, éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel, y para signo de contradicción
    35—y a tu misma alma la traspasará una espada—, a fin de que se descubran los pensamientos de muchos corazones.

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