domingo, 9 de noviembre de 2008

Evangelio lunes 10 de noviembre 2008

1ª Lectura

Tit 1,1-9

1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para dar a los elegidos de Dios la fe y el conocimiento de la verdad de nuestra religión, 2 basada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no puede mentir, prometió esa vida desde la eternidad; 3 y ahora, a su debido tiempo, ha manifestado su palabra mediante la predicación que me ha sido confiada por disposición de Dios, nuestro Salvador: 4 a Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común, te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.

LOS OBISPOS-PRESBÍTEROS

5 Te dejé en Creta con el fin de que pusieses en toda regla lo que faltaba que ordenar y constituyeses presbíteros por las ciudades, conforme a las instrucciones que te he dado: 6 que el candidato sea irreprochable; casado una sola vez; que tenga hijos creyentes, a los que no se les pueda inculpar de libertinaje o indisciplina. 7 Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador que es de la casa de Dios; no debe ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni amigo de peleas ni de negocios sucios; 8 al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, prudente, justo, religioso, con dominio de sí mismo, 9 guardador fiel de la doctrina que se le enseñó, para que sea capaz de animar a otros y de refutar a los que contradicen.

Salmo Responsorial

Sal 24,1-2

1 Salmo de David Del Señor es la tierra y lo que en ella hay, el universo y los que en él habitan; 2 porque él echó sus cimientos y la asentó sobre los mares y ríos.

Sal 24,3-4

3 ¿Quién podrá subir al monte del Señor?, ¿quién podrá estar en su recinto santo? 4 El hombre de manos inocentes y limpio corazón, que no entrega su alma a la mentira y nunca jura en falso.

Sal 24,5-6

5 Ése recibirá la bendición del Señor, y Dios, su salvador, le hará justicia. 6 Tal es la raza de los que lo buscan, los que buscan el rostro del Dios de Jacob.

Evangelio

Lc 17,1-6

1 Después dijo a sus discípulos: «Es inevitable que haya escándalos; pero ¡ay de aquel que los provoca! 2 Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo tiraran al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeñuelos. 3 Tened cuidado».

EL PERDÓN DE LAS INJURIAS

«Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. 4 Y si peca contra ti siete veces al día y otras tantas se acerca a ti diciendo: Me arrepiento, perdónalo».

EL PODER DE LA FE

5 Los apóstoles le dijeron: «Acrecienta nuestra fe». 6 Y el Señor dijo: «Si tuvierais una fe tan grande como un grano de mostaza y dijerais a este sicómoro: Arráncate y trasplántate al mar, él os obedecería».

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