El Papa lanzó este llamamiento a mediodía al rezar el Ángelus, junto a varios miles de peregrinos en la plaza de San Pedro, uniéndose a la jornada que habían convocado para ese día los obispos italianos de solidaridad con los discípulos de Cristo perseguidos a causa de su fe o que sufren discriminaciones en diferentes rincones del planeta, en particular en la antigua Mesopotamia.
La convocatoria ha sido una respuesta al atentado del 31 de octubre contra la catedral siro-católica de Bagdad que provocó 58 muertos y decenas de heridos graves.
"Me uno a esta invocación conjunta al Dios de la vida y de la paz para que en todas las partes del mundo se asegure a todos la libertad religiosa. Estoy junto a estos hermanos y hermanas por el alto testimonio de fe que ofrecen a Dios", afirmó el Papa.
La Santa Sede ha promovido la acogida de 40 heridos en el atentado de Bagdad en el Hospital Gemelli de Roma y este pasado jueves recibieron la visita de uno de los colaboradores más cercanos del Santo Padre, el arzobispo Fernando Filoni, sustituto de la Secretaría de Estado.
La Santa Sede organiza una misa en la Basílica de San Pedro por los fallecidos en el atentado de la catedral siro-católica el próximo 25 de noviembre.
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