CIUDAD DEL VATICANO, jueves 25 de noviembre de 2010 (ZENIT.org) Con casi 74 millones de fieles, lo que representa un 81,5% de católicos, Filipinas cuenta con más fieles que cualquier país europeo. Hoy tiene 54 diócesis y 16 arquidiócesis.
Sus obispos comenzaron hoy su visita Ad limina apostolorum en Roma, en la que vienen a visitar los diferentes dicasterios, presentar sus informes sobre el trabajo que realizan en las respectivas diócesis y tener una audiencia con el Papa.
Debido a que la fe católica toma cada vez más fuerza en este país, en los últimos años ha cobrado un papel más preponderante la misión de la Iglesia en la esfera pública.
Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos han servido no pocas veces como conciencia crítica frente a los males que afligen a esta sociedad, entre ellos la pobreza, la corrupción, la inestabilidad. Han invitado a vivir valores como la democracia, la transparencia y la recta vida moral.
La voz de la Iglesia ha sido un importante punto de referencia en momentos de la vida nacional que han estado marcados por escándalos de corrupción e intentos de golpes de Estado.
Los obispos filipinos en diversas ocasiones se han pronunciado en contra de las soluciones violentas, lanzando un llamado al serio discernimiento dando criterios de transparencia y justicia y también de oración común.
También hay una constante participación de los prelados en el debate público con decisiones como el aborto, la pena de muerte, la pobreza, la corrupción y la paz. “En parte somos escuchados”, dijo en diálogo con Radio Vaticana, monseñor Nereo Odchimar, obispo de Tandag y presidente de la Conferencia Episcopal Filipina.
“Hay personas que, especialmente a través de los medios de comunicación que apoyan la promoción del control artificial de la natalidad”, señaló el prelado. “Nuestra Conferencia episcopal está comprometida a hacer conocer la posición de la Iglesia católica”, dijo.
El laico y su misión
Monseñor Tandag se refirió también al tema de los laicos que trabajan comprometidamente con temas como la familia, el valor y la dignidad de la persona y el respeto de los derechos humanos.
“Damos una atención particular a la familia”, dijo el obispo, “para preservarla de peligros de fragmentación que se da debido a la fuerte emigración y por los ataques que vienen de fenómenos como el aborto, el divorcio y los modelos de vida consumistas”.
Y explicó algunas iniciativas de los laicos “Hay médicos que explican los límites de los argumentos a favor de la ley sobre salud reproductiva desde un punto de vista científico o jurista, que defienden la posición de la Iglesia a favor de la vida”.
“En nuestras parroquias”, explicó “estamos promoviendo los programas que sostienen la familia y tenemos organizadores laicos comprometidos a educar la gente común sobre métodos naturales de regulación de la natalidad”, dijo el obispo.
Uno de los grandes desafíos que enfrenta la Iglesia en este país es el de las sectas. Muchas de ellas vienen de Norteamérica y crecen especialmente en las zonas periféricas de las grandes ciudades.
Por ello la Conferencia Episcopal Filipina ha establecido una comisión para el ecumenismo, para dialogar con los cristianos no católicos: “trabajamos juntos, especialmente en cuestiones sociales, como por ejemplo la reforma agraria”, dijo monseñor Odchimar.
Una Iglesia cuya historia comenzó en 1565 en con la llegada de los misioneros españoles que desembarcaron en Cebu, iniciaron un largo período de colonización y evangelización cuyos frutos hoy son los de una nación con una iglesia mayoritariamente católica, activa y dinámica.
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