miércoles, 13 de julio de 2011

Evangelio 14 de Julio de 2011

  • Primera Lectura: Exodo 3, 13-20
    "«Soy el que soy». «Yo soy» me envía a ustedes"

    En aquel tiempo, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le dijo:
    «Está bien. Me presentaré a los israelitas y les diré: “El Dios de sus padres me envía a ustedes”; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?»
    Dios le contestó a Moisés:
    «Mi nombre es Yo-soy».
    Y añadió:
    «Esto les dirás a los israelitas:
    “Yo-soy me envía a ustedes”. También les dirás: “El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre. Con este nombre me han de recordar de generación en generación”.
    Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac, y de Jacob, se me apareció y me dijo: “Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jeveos y yebuseos, a una tierra que mana leche y miel”.
    Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al faraón y le dirán: “El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios”.
    Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir».

  • Salmo Responsorial: 104
    "El Señor nunca olvida sus promesas."

    Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos.
    R. El Señor nunca olvida sus promesas.

    Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abrahán, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.
    R. El Señor nunca olvida sus promesas.

    Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusieran asechanzas a sus siervos.
    R. El Señor nunca olvida sus promesas.

    Pero envió a Moisés, su siervo, y a Aarón, su elegido, que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en la tierra de Egipto.
    R. El Señor nunca olvida sus promesas.

  • Evangelio: Mateo 11, 28-30
    "Soy manso y humilde de corazón"

    En aquel tiempo, Jesús dijo:
    «Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

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