sábado, 30 de julio de 2011

Evangelio 30 de Julio de 2011

  • Primera Lectura: Levítico 25, 1. 8-17
    "En el año jubilar todos recobrarán sus propiedades"

    El Señor dijo a Moisés en la montaña del Sinaí:
    «Contarás siete semanas de años, siete por siete, o sea, cuarenta y nueve años. El día diez del séptimo mes, el día de la Expiación, harán sonar las trompetas y las harán sonar por todo el país.
    Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación para todos los habitantes del país. Será para ustedes año de jubileo y podrá recobrar cada uno sus propiedades y volver a su familia.
    El año cincuenta será para ustedes un año de jubileo; no sembrarán ni cosecharán lo que los campos produzcan por sí mismos; no harán la vendimia de las viñas sin cultivar, puesto que es año jubilar, y será sagrado para ustedes. Comerán de los productos de la cosecha anterior.
    En este año jubilar todos recobrarán sus propiedades. Cuando le vendas o le compres alguna cosa a tu prójimo, no lo engañes. Ponle precio a lo que compres a tu prójimo, atendiendo al número de años transcurridos desde el último jubileo; él te venderá a ti en proporción a las cosechas anuales. Mientras más años falten para el jubileo, más aumentará el precio; mientras menos tiempo falte, más rebajarás el precio; porque lo que tu prójimo te vende son las cosechas que faltan.
    Ninguno de ustedes haga daño a su hermano; antes bien, teman a su Dios, porque yo soy el Señor, Dios de ustedes».

  • Salmo Responsorial: 66
    "Que te alaben, Señor, todos los pueblos."

    Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
    R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

    Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
    R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

    La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.
    R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

  • Evangelio: Mateo 14, 1-12
    "Herodes mandó degollar a Juan. Los discípulos de Juan fueron a avisarle a Jesús"

    En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y dijo a sus cortesanos:
    «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».
    Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Filipo, porque Juan le decía que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.
    El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo:
    «Dame, ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
    El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.
    Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús

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