La policía informó que también se encontraron otras dos bombas cerca a otras dos iglesias que afortunadamente fueron desactivadas a tiempo.
El subjefe de la Policía de Kirkuk, el teniente general Torhan Abdulrahman, indicó a la agencia Reuters que se trata de "un ataque coordinado perpetrado de forma simultánea contra varias iglesias".
En declaraciones a Radio Vaticana, el Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, explicó que estos hechos coinciden con el inicio del mes del Ramadán que celebran los musulmanes.
"Es un pecado asesinar a personas inocentes aún más durante este mes ¿por qué lo hacen?, ¡no se sabe! Hay otras vías: existen las demandas y derechos de reivindicar, ¡hay otros caminos diferentes a las bombas y a las explosiones!", clamó.
El templo siro-católico de la Sagrada Familia se ubica en una zona muy poblada y pobre al norte de Kirkuk. El Arzobispo señaló que con el estallido de la bomba muchas casas y autos resultaron destruidos.
"He ido a ver la iglesia y a visitar a los heridos al hospital: los heridos son cristianos y musulmanes: Es algo horrible", lamentó el Prelado luego de manifestar su solidaridad a los afectados, algunos de los cuales están en estado grave.
Finalmente el Arzobispo lanzó un llamado de paz: "este es un mes de oración, un mes de ayuno, un mes de conversión… ¡Esperemos que este sea el último acto de violencia!"
Los extremistas musulmanes en Irak tienen como uno de sus blancos principales a los cristianos. El atentado de hoy se suma a una larga lista de ataques sufridos por esta minoría que conforma aproximadamente el 1 por ciento de la población total.
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