jueves, 15 de septiembre de 2011

Evangelio 15 de Septiembre de 2011


  • Primera Lectura: Hebreos 5, 7-9
    "Cristo, sacerdote según el orden de Melquisedec"
    El cual (Cristo) en los días de su carne, con grande clamor y lágrimas, ofreció ruegos y súplicas a Aquel que era poderoso para salvarle de la muerte; y habiendo obtenido ser librado del temor, aunque era Hijo, aprendió la paciencia por sus padecimientos y, una vez perfeccionado, vino a ser causa de sempiterna salud para todos los que le obedecen,
  • Salmo Responsorial: 30
    "¡Que grande es tu bondad, Señor!"
    En ti Señor me cobijo, oh no sea confundido jamás, recóbrame por tu justicia,
    líbrame, tiende hacia a mí tu oído, date prisa.
    R. ¡Que grande es tu bondad, Señor!Sé para mí una roca de refugio, alcázar ferte que me salve; pues mi roca eres 
    tú mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías, me diriges.
    R. ¡Que grande es tu bondad, Señor! Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio; en tus manos mi 
    espíritu encomiendo, tú, Señor me rescatas.
    R. ¡Que grande es tu bondad, Señor! Mas yo confío en ti Señor me digo: ¡Tú eres mi Dios! Está en tus manos mi 
    destino, líbrame de las manos de mis amigos y perseguidores.
    R. ¡Que grande es tu bondad, Señor! Que grande es tu bondad Señor, tú la reservas para los que te temen, se la 
    brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de Adán.
    R. ¡Que grande es tu bondad, Señor!
  • Evangelio: Juan 19, 25-27
    "María al pie de la cruz"
    Junto a la cruz de Jesús estaba de pie su madre, y también la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba, dijo a su madre: "Mujer, he ahí a tu hijo". Después dijo al discípulo: "He ahí a tu madre". Y desde este momento el discípulo la recibió consigo.

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