miércoles, 28 de septiembre de 2011

Evangelio 29 de Septiembre de 2011


  • Primera Lectura: Daniel 7, 9-10.13-14
    "Visión del anciano y del Hijo del hombre"
    Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un anciano se sentó. Su vestidura blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza puros como la lana. Su trono llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miriadas de miriadas estaban  en pie delante de él. El tribunal se sentó y se abrieron los libros.
    Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.

  • Salmo Responsorial: 137
    "¡Que grande la gloria del Señor!"
    Te doy gracias Señor, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti, hacia tu santo Templo me prosterno.
    R. ¡Que grande la gloria del Señor!

    Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre. El día en que grité, tu me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    R. ¡Que grande la gloria del Señor!

    Te dan gracias, Señor, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca; y cantan los caminos del Señor: ¡Que grande la gloria del Señor!
    R. ¡Que grande la gloria del Señor!
  • Evangelio: Juan 1, 47-51
    "Los primeros discípulos de Jesús"
    Jesús vió a Natanael que se le acercaba, y dijo de él: "He aquí, en verdad, un israelita sin doblez". Díjole Natanael: "¿De dónde me conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamase, cuando estabas bajo la higuera te vi". Natanael le dijo: "Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le respondió: "Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees. Verás todavía más". Y le dijo: "En verdad, en verdad os digo: Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre".

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