Al recibir hoy las cartas credenciales del nuevo embajador del Reino Unido ante la Santa Sede, Nigel Marcus Baker, el Papa Benedicto XVI alertó que elrelativismo moral, generado por la falta de valores objetivos, genera frustración, egoísmo y desprecio por la vida, como pudo apreciarse en la violencia de Inglaterra en el mes de agosto.
En su discurso, el Papa señaló que el gobierno inglés "desea utilizar políticas basadas en valores duraderos que no pueden expresarse solamente en términos legales. Esto es especialmente importante a la luz de los sucesos ocurridos este verano en Inglaterra".
El Papa hacía referencia a los violentos disturbios que entre el 6 y el 10 de agosto afectaron varias ciudades de Inglaterra con enfrentamientos, saqueos, robos, entre otros, que terminaron con millones de dólares en pérdidas y unos 2.700 detenidos, la mayoría de los cuales eran jóvenes.
"Cuando las políticas no presuponen o no proponen valores objetivos, el relativismo moral resultante, en vez de trazar el horizonte hacia una sociedad libre, justa y compasiva; tiende a producir frustración, desesperanza, egoísmo y desprecio por la vida y la libertad de los demás", explicó.
Ante esta situación, prosiguió el Santo Padre, "los responsables políticos deben buscar urgentemente maneras de alentar la excelencia en la educación, la promoción de oportunidades sociales y movilidad social, examinar modos para favorecer el empleo a largo plazo y difundir el bienestar con justicia ampliamente en toda la sociedad".
Benedicto XVI indicó además que "la promoción activa de los valores esenciales para lograr una sociedad saludable, a través de la defensa de la vida y de la familia, la educación moral de los jóvenes, la relación fraterna con los pobres y necesitados, con certeza ayudará a reconstruir el sentido positivo de nuestro deber en la caridad, no sólo para con los amigos, sino también para con los foráneos".
El Santo Padre aseguró luego al embajador Baker que "la Iglesia Católica en su país está dispuesta a seguir ofreciendo su sustancial contribución al bien común a través de sus oficinas y agencias, de acuerdo a sus propios principios a la luz de la visión cristiana de los derechos y la dignidad de la persona humana".
El Papa se refirió luego al proceso de paz con Irlanda del Norte y la reciente visita de la Reina a esta nación y exhortó a "todos los que pretenden recurrir a la violencia que dejen de lado los agravios y busquen, en cambio, el diálogo con sus vecinos en pro de la paz y la prosperidad de toda la comunidad".
Benedicto XVI resaltó luego el esfuerzo mutuo por la promoción del desarrollo, especialmente para con los más necesitados, que "debe siempre estar orientado a mejorar sus vidas y perspectivas económicas".
Este esfuerzo, también contribuye al bienestar de los países donantes, ya que "favorece el respeto mutuo, la solidaridad y ante todo la paz gracias a la prosperidad de todos los pueblos".
"Por esa razón el año pasado en el Westminster Hall me referí al desarrollo humano integral y lo que involucra, ya que es una empresa verdaderamente valiosa que merece la atención del mundo y que es además demasiado grande para que nos permitamos su fracaso".
El Papa también recordó su visita al Reino Unido en 2010 y agradeció la cálida acogida que recibió, rememorando luego que el motivo del viaje fue la beatificación del Cardenal John Henry Newman.
"Es mi esperanza que una nueva lectura de sus escritos produzca nuevos frutos ente aquellos que buscan soluciones a las cuestiones políticas, económicas y sociales de nuestro tiempo", manifestó.
Benedicto XVI subrayó también que "la Santa Sede y el Reino Unido siguen compartiendo una preocupación común por (...) la difusión de los auténticos derechos humanos, especialmente a través de la ley y los principios justos de gobierno, con una particular atención por los necesitados y aquellos cuyos derechos naturales son negados".
Finalmente el Santo Padre alentó al embajador a continuar en las labores mutuas de solidaridad y ayuda para con los más necesitados.
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