viernes, 7 de octubre de 2011

Evangelio 8 de Octubre de 2011


  • Primera Lectura: Joel 4, 12-21
    "Empuñen los hoces, porque ya la mies está madura"
    «Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat; allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura, vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades. ¡Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del Juicio, porque está cerca el día del Señor! El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra.
    Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa, y ya no pasarán por ella los extranjeros. Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor que regará el valle de las Acacias.
    Egipto se volverá un desierto y Edom una árida llanura, porque oprimieron a los hijos de Judá y derramaron sangre inocente en su país.
    En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén por todos los siglos. Vengaré sus sangre, no quedarán impunes los que la derramaron, y yo, el Señor, habitaré en Sión».
  • Salmo Responsorial: 96
    "Alegrémonos todos con el Señor."

    Reina el Señor, alégrese la tierra, cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la justicia y el derecho.
    R. Alegrémonos todos con el Señor.

    Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
    R. Alegrémonos todos con el Señor.

    Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor, y bendigan su santo nombre.
    R. Alegrémonos todos con el Señor.
  • Evangelio: Lucas 11, 27-28
    "Dichosa la mujer que te llevó en su seno"
    En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo gritando, le dijo: 
    «¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!»
    Pero Jesús le respondió: 
    «Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».

No hay comentarios: