sábado, 8 de octubre de 2011

Evangelio 9 de Octubre de 2011


  • Primera Lectura: Isaías 25, 6-10
    "El Señor preparará un banquete y enjugará las lágrimas de todos los rostros"
    En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos. El arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá:
    «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara. Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará en este monte».
  • Salmo Responsorial: 22
    "Habitaré en la casa del Señor toda la vida."

    El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu bastón me dan seguridad.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
  • Segunda Lectura: Filipenses 4, 12-14.19-20
    "Todo lo puedo unido a Aquél que me da fuerza"
    Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a Aquél que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades. 
    Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén.
  • Evangelio: Mateo 22, 1-14
    "Inviten al banquete de bodas a todos los que encuentren"
    En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: 
    «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: 
    “Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda”. 
    Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, las cuales dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados: 
    “La boda está preparada, pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos e inviten al banquete de bodas a todos los que encuentren”. 
    Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?” 
    Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: 
    “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos”».

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