Salmo responsorial
Salmo 118:1, 8-9, 19-21, 25-27
1 ¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!
8 Mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en hombre;
9 mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en magnates.
19 ¡Abridme las puertas de justicia, entraré por ellas, daré gracias a Yahveh!
20 Aquí está la puerta de Yahveh, por ella entran los justos.
21 Gracias te doy, porque me has respondido, y has sido para mí la salvación.
25 ¡Ah, Yahveh, da la salvación! ¡Ah, Yahveh, da el éxito!
26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Yahveh! Desde la Casa de Yahveh os bendecimos.
27 Yahveh es Dios, él nos ilumina. ¡Cerrad la procesión, ramos en mano, hasta los cuernos del altar!
Evangelio
Mateo 7:21, 24-27
21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.
24 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:
25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:
27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»
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