lunes, 6 de febrero de 2017

Evangelio 6 de Febrero de 2017

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Génesis 1:1-19
    1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
    2 La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
    3 Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
    4 Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;
    5 y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero.
    6 Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.»
    7 E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.
    8 Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día segundo.
    9 Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue.
    10 Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares»; y vio Dios que estaba bien.
    11 Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue.
    12 La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien.
    13 Y atardeció y amaneció: día tercero.
    14 Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años;
    15 y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue.
    16 Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas;
    17 y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra,
    18 y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
    19 Y atardeció y amaneció: día cuarto.
  • Salmo responsorial

    Salmo 104:1-2, 5-6, 10, 12, 24, 35
    1 ¡Alma mía, bendice a Yahveh! ¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres! Vestido de esplendor y majestad,
    2 arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda,
    5 Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás.
    6 Del océano, cual vestido, la cubriste, sobre los montes persistían las aguas;
    10 Haces manar las fuentes en los valles, entre los montes se deslizan;
    12 sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fronda.
    24 ¡Cuán numerosas tus obras, Yahveh! Todas las has hecho con sabiduría, de tus criaturas está llena la tierra.
    35 ¡Que se acaben los pecadores en la tierra, y ya no más existan los impíos! ¡Bendice a Yahveh, alma mía!
  • Evangelio

    Marcos 6:53-56
    53 Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron.
    54 Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida,
    55 recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba.
    56 Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Gálatas 2:19-20
    19 En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado:
    20 y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-6
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
    6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.
  • Evangelio

    Mateo 28:16-20
    16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
    17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
    18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
    19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
    20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»
  • Tercera opción

  • Primera lectura

    Romanos 8:31-39
    31 Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
    32 El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?
    33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
    34 ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?
    35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?,
    36 como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.
    37 Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
    38 Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades
    39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
  • Salmo responsorial

    Salmo 31:3-4, 6-8, 16-17
    3 tiende hacia mí tu oído, date prisa! Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve;
    4 pues mi roca eres tú, mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías y diriges.
    6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,
    7 tú detestas a los que veneran vanos ídolos; mas yo en Yahveh confío:
    8 ¡exulte yo y en tu amor me regocije! Tú que has visto mi miseria, y has conocido las angustias de mi alma,
    16 Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores;
    17 haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor!
  • Evangelio

    Mateo 16:24-27
    24 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
    25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.
    26 Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
    27 «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

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