miércoles, 8 de febrero de 2017

Evangelio 8 de Febrero de 2017

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Génesis 2:4-9, 15-17
    4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
    5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.
    6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo.
    7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
    8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado.
    9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
    15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase.
    16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer,
    17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 104:1-2, 27-30
    1 ¡Alma mía, bendice a Yahveh! ¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres! Vestido de esplendor y majestad,
    2 arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda,
    27 Todos ellos de ti están esperando que les des a su tiempo su alimento;
    28 tú se lo das y ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes.
    29 Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a su polvo retornan.
    30 Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra.
  • Evangelio

    Marcos 7:14-23
    14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.
    15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
    16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
    17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.
    18 El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle,
    19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» - así declaraba puros todos los alimentos -.
    20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
    21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,
    22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
    23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»

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