Lecturas del día:
Primera lectura
II Corintios 11:18, 21-3018 Ya que tantos otros se glorían según la carne, también yo me voy a gloriar.21 Para vergüenza vuestra lo digo; ¡como si nos hubiéramos mostrado débiles...! En cualquier cosa en que alguien presumiere - es un locura lo que digo - también presumo yo.22 ¿Que son hebreos? También yo lo soy. ¿Que son israelitas? ¡También yo! ¿Son descendencia de Abraham? ¡También yo!23 ¿Ministros de Cristo? - ¡Digo una locura! - ¡Yo más que ellos! Más en trabajos; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte, muchas veces.24 Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno.25 Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el abismo.26 Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos;27 trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez.28 Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas las Iglesias.29 ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo me abrase?30 Si hay que gloriarse, en mi flaqueza me gloriaré.Salmo responsorial
Salmo 34:2-72 Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza;3 en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren!4 Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos.5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.6 Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante.7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias.Evangelio
Mateo 6:19-2319 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban.20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.22 «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso;23 pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!
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