Lecturas del día:
Primera lectura
I Tesalonicenses 2:9-139 Pues recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os proclamamos el Evangelio de Dios.10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprochablemente nos comportamos con vosotros, los creyentes.11 Como un padre a sus hijos, lo sabéis bien, a cada uno de vosotros12 os exhortábamos y alentábamos, conjurándoos a que vivieseis de una manera digna de Dios, que os ha llamado a su Reino y gloria.13 De ahí que también por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.Salmo responsorial
Salmo 139:7-127 ¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir?8 Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras.9 Si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar,10 también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende.11 Aunque diga: «¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en torno a mí un ceñidor,12 ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa como el día.Evangelio
Mateo 23:27-3227 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!28 Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.29 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,30 y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!"31 Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas.32 ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!Primera lectura
Isaías 58:6-116 ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?7 ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.9 Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía.11 Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan.Salmo responsorial
Salmo 112:1-91 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!2 Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.3 Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece.4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.8 Seguro está su corazón, no teme: al fin desafiará a sus adversarios.9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.Evangelio
Mateo 22:34-4034 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.38 Este es el mayor y el primer mandamiento.39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»Primera lectura
Sabiduría 10:10-1410 Ella al justo que huía de la cólera de su hermano le guió por caminos rectos; le mostró el reino de Dios y le dio el conocimiento de cosas santas; le dio éxito en sus duros trabajos y multiplicó el fruto de sus fatigas;11 le asistió contra la avaricia de sus opresores y le enriqueció;12 le preservó de sus enemigos y le protegió de los que le tendían asechanzas; y le concedió la palma en un duro combate para enseñarle que la piedad contra todo prevalece.13 Ella no desamparó al justo vendido, sino que le libró del pecado;14 bajó con él a la cisterna y no le abandonó en las cadenas, hasta entregarle el cetro real y el poder sobre sus tiranos, hasta mostrar mentirosos a sus difamadores y concederle una gloria eterna.Salmo responsorial
Salmo 89:8, 12, 20, 22, 27-288 Dios temible en el consejo de los santos, grande y terrible para toda su corte.12 Tuyo es el cielo, tuya también la tierra, el orbe y cuanto encierra tú fundaste;20 Antaño hablaste tú en visión a tus amigos, y dijiste: «He prestado mi asistencia a un bravo, he exaltado a un elegido de mi pueblo.22 mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte.27 «El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!28 Y yo haré de él el primogénito, el Altísimo entre los reyes de la tierra.Evangelio
Lucas 19:12-1912 Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse.13 Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva."14 Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros."15 «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.16 Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas."17 Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades."18 Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas."19 Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades."
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